Al dejar la casa paterna buscando la independencia, muchas personas se deben enfrentar a la compleja decisión de elegir la vivienda. Esto es, sin duda, un proyecto de vida con el cual se construye parte del patrimonio.
Allí pesan factores como gustos, necesidades e ingresos disponibles, que obligan a saber conjugarlos porque, muchas veces, se trata de acuerdos que se deben conciliar en pareja o en familia.
Para los independientes
Normalmente están entre los 25 y los 32 años, con la universidad terminada e, incluso, con posgrado. “Las mujeres tienden a ser más independientes que los hombres, así que salen más jóvenes de la casa”, afirmó la ‘coach’ emocional Liliana Falla. Cuando se opta por vivir solo, hay aspectos que se deben considerar, entre ellos, analizar ingresos y calcular la capacidad de pago, sin perder de vista que el rubro de vivienda no debe sobrepasar el 30 por ciento de los gastos.
“Partiendo de esto, podrá saber con cuánto cuenta para arrendar o comprar la vivienda”, explicó Blanca Reyes, vocera de la inmobiliaria Coldwell Banker. Igual, los servicios públicos y la administración son gastos que se pueden descuidar. “La mayoría no tiene idea cuánto hay que pagar”, anotó Falla. Esto, porque nunca han asumido tales costos, al igual que el mantenimiento de la vivienda (limpieza y posibles reparaciones).
Los apartaestudios, más asequibles que los apartamentos, son los preferidos de quienes viven solos. Si busca economía, puede elegir un inmueble con más de una habitación y arrendar las demás.
Hijos piden más espacios
Antes de iniciar cualquier búsqueda, la familia debe evaluar lo que quiere al adquirir una casa. Con esto claro, el proceso será más fácil, aunque no sobra asesorarse con una firma inmobiliaria.
“Las familias valoran el contacto con la naturaleza, los espacios abiertos, la privacidad y, sobre todo, que sus hijos puedan estar felices, con sus mascotas”, afirmó Luis Enrique Maldonado, gerente de la promotora Entorno 2000.
Seguridad, precio, vías de acceso, cercanía a colegios y universidades, y zonas comerciales son asuntos importantes que se deben revisar antes de elegir. “Si tiene niños pequeños, lo ideal es buscar una vivienda con zonas infantiles, parques cercanos y áreas de esparcimiento, sin obviar la seguridad”, dijo Bibianne Velásquez, gerente de la firma Ofiacces.
En pareja los gastos se dividen
Según la sicóloga clínica Frauky Jiménez, el proyecto de vida de la mayoría de las parejas es tener casa propia. No obstante, “muchos comienzan viviendo con los padres para ahorrar el alquiler y pagar una casa sobre planos, mientras que otros se programan con sus recursos sumando ahorros, sueldos, y todo el salario”, agregó.
La gran ventaja de comprar vivienda en pareja es que los ingresos serán considerados en conjunto al pedir un crédito hipotecario. Además, si cumple con las condiciones puede solicitarse subsidio familiar de vivienda, así como el subsidio a la tasa de interés del programa ‘Mi Casa Ya’, que atiende a todos los estratos.
La Asobancaria aconseja a las parejas determinar cuánto poseen para la cuota inicial (usualmente el 30 por ciento), sin olvidar los gastos de cierre (escrituración y registro) e instalación. Asimismo, revisar sus entradas y asegurar recursos para pagar la hipoteca y para desarrollar sus proyectos individuales.
Las parejas –según la ‘coach’ Liliana Falla– buscan casi siempre viviendas con dos piezas: la principal y otra para un estudio, o tener un cuarto para atender a los huéspedes.
Fuente: Metro Cuadrado