Vender una vivienda nueva o usada puede ser una tarea difícil, por eso cada vez se debe innovar para atraer nuevos clientes, de estas necesidades nacen iniciativas como la de Open House o Casa Abierta.
Esta metodología de marketing inmobiliario consiste en invitar a posibles compradores a un día de puertas abiertas para que conozcan el apartamento, la casa o la propiedad que está en venta. Lo novedoso es que no se trata de una visita convencional en la que el posible comprador le pide al agente inmobiliario ver la casa.
Normalmente se realiza en fines de semana, para que la gente pueda ver la casa con la máxima tranquilidad, hay que dar a conocer la convocatoria a través de la web de la inmobiliaria, en anuncios de prensa, promoción de las redes sociales o cualquier otro medio de publicidad que use la empresa.
En el día elegido, la casa se abre y posibles compradores y curiosos se pasean por ella libremente, siempre bajo el control de alguno de los empleados de la inmobiliaria que está allí para dar toda la información sobre el inmueble. Hay que aclarar que no se trata de una subasta, el precio de la vivienda está fijado (aunque el propietario puede negociar).
Pero una inmobiliaria sabe que la estrategia no es tan simple como parece y no todos los propietarios saben qué es un Open House, por eso es importante crear la estrategia teniendo en cuenta: el acondicionamiento de la vivienda, el marketing sensorial, la elección del día perfecto, preparar la atención al cliente, anunciar el evento con antelación, invertir en medios de publicidad, marcar la diferencia con la visita tradicional, ofertar un producto competitivo.
Aunque los expertos reconocen que es una técnica efectiva tanto en vivienda usada como nueva, se utiliza más en el primer caso.
Fuente: Informe Inmobiliario