Hacerlo de manera inteligente y ágil puede definir el futuro de las compañías, pues es parte de la innovación y los riesgos en los que se van a sumergir.
Las multinacionales saben que tomar las decisiones más importantes hace parte de un largo proceso en donde se analizan gran cantidad de variables. Desde las que tiene que ver con el flujo de caja, hasta las que se relacionan con los principios de filosofía entre las compañías.
Frecuentemente, cuando se dan las grandes fusiones y adquisiciones se ponen a de manifiesto los motivos que llevaron a las empresas a aunar sus esfuerzos. Es común entre los líderes encontrar argumentos como “Hallamos en esta firma el socio para...” o “encontramos en los trabajadores unos ideales en común que buscamos en todas nuestras líneas de negocio”. Pero este es tan solo un ejemplo de qué hacen las corporaciones más grandes, especialmente en lo relacionado con tomar alguna determinación. Y es importante aprender de estas firmas el paso a paso de ese complejo proceso.
Una mala decisión puede llevar a la ruina. Una buena decisión, en el momento menos oportuno, puede salir más costosa. Una decisión acertada puede evitar una tercera guerra mundial. Nos tomaremos una pequeña licencia editorial en este punto. Un hombre ruso, en 1983, cuando la Guerra Fría entre Estados Unidos y la Unión Soviética estaba en pleno apogeo, se dio cuenta de un fallo en su radar.
Hablamos de Stanislav Petrov, coronel del ‘ejército rojo’ quien detectó en su sistema de vigilancia la aproximación de un misil, después aparecieron cuatro más. En vez de seguir los protocolos y avisar a sus superiores, tomó la decisión de esperar y al final, no ocurrió nada. Este acto le representó el repudio de sus propios superiores y un reconocimiento tardío en la cultura occidental. Cuando se le llamó a descargos de por qué actuó de esa manera, respondió: “La gente no empieza una guerra nuclear con tan solo cinco misiles”. Por no hacer nada, fue dado de baja y vivió en el ostracismo. Sin embargo, esa decisión de no oprimir el botón evitó una catástrofe.
Mucha ‘cháchara‘, ahora sí las lecciones
Ahora sí, volviendo al tema, la revista Alto Nivel habló con el consultor en toma de decisiones Ernesto Weissmann, quien ha asesorado estos procesos en empresas como Coca Cola, BBVA, Pfizer y otras. Para él, una de las lecciones de éxito que se deben aprender las nuevas generaciones, en particular con las empresas del mundo digital, es que se han vuelto más eficientes en el proceso de toma de decisión.
“Las compañías digitales tienen una cultura que fomenta que la gente se anime más a participar: su forma de trabajo, más segmentada que los modelos piramidales, permite mayor rapidez en el proceso”, dice. Ejemplos por el mundo los hay en Uber, Uber, Waze, Facebook y Google. Todas ellas lanzan sus productos con mayor rapidez y dan la impresión de moverse más velozmente que las grandes firmas.
Para el asesor, cuyas opiniones fueron replicadas por el portal del World Economic Forum , estas son las lecciones que se pueden aprender de las corporaciones más grandes para que la toma de una decisión sea exitosa:
1. Entender el objetivo de la decisión: Quien decide debe tener claro el propósito de lo que busca con su decisión, pues los objetivos son muchos. Todas las decisiones deben tener un fin, si no hay tal, tampoco hay una alternativa posible.
2. Los caminos posibles: ¿Cuáles son las opciones para llegar a ese fin? Las empresas típicamente tienen ahí un gran desafío, pues normalmente hacen lo que les ha acostumbrado su zona de confort, pero esa es la constante a repetir las mismas acciones y complicar el camino a la innovación.
3. Los riesgos: Se trata de la incertidumbre que cada alternativa conlleva. Entender bien los riesgos y analizar sus implicaciones es el tercer punto en importancia.
4. Generar planes de contingencia: Se trata de una o varias estrategias en caso de que la decisión culmine en un mal escenario, de forma que el daño sea controlable.
5. Elige. Momento de decantarse por la mejor alternativa. Aquí se conjugan elementos como la información, las herramientas, la implementación, el recurso humano y la anticipación a los problemas.
Fuente: Finanzas personales